Tenía ya 65 años, el umbral de la vejez, nadie hubiese podido reprocharle que no se metiese en el agua, que no se resolviese a jugarse la vida. Pero lo hizo, se atrevió y ayudó a salvar a dos niños. Entre tanta abyección y basura como nos depara la actualidad, la acción noble de ese héroe doméstico nos reconcilia un poco con el ser humano.
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los líderes europeos consultados, resaltan el patetismo “del señor calvo que acompañaba al presidente del gobierno español”, lo que ha provocado que Rajoy diera más pena de lo habitual. “Y no era fácil de conseguir”, ha remarcado Angela Merkel.