Un rayo impactó ayer contra un avión que cubría la ruta entre Barcelona e Ibiza. La aeronave, que había salido a las 21.30 del aeropuerto de El Prat, estaba sobrevolando la isla a la espera de encontrarse mejores condiciones climáticas para el aterrizaje. El miedo se apoderó de varios pasajeros, aunque finalmente el aparato pudo tomar tierra sin problemas en el aeropuerto ibicenco de es Codolar.
#2 Un mormón tiene su asiento junto a un australiano en un vuelo Londres-Melbourne. Cuando el avión ha despegado empiezan a repartir bebidas a los pasajeros.
El australiano pide un ron con coca-cola. La azafata le pregunta al mormón si quiere beber algo. Contesta el mormón con mal tono:
– Prefiero ser raptado y violado salvajemente por una docena de prostitutas antes que una gota de alcohol toque mis labios.
El australiano le devuelve el ron con coca-cola a la azafata y dice:
-Yo también. No sabía que se pudiera elegir.
Comentarios
Yo tengo un vídeo de un coche salpicando cuando pasa por un charco, te lo cambio por este para completar la lista de vídeos de cosas habituales.
#1 Que sea de Ryanair es importante, pues demuestra que al propio Zeus le hicieron pagar por la maletilla
#4 Que va, se entero de que Prometeo iba de polizón huyendo hacia Cuba.
Menos mal que como vuelan sin apenas combustible no hay riesgo de explosión.
El miedo se apoderó de los pasajeros hasta que al aterrizar supieron que no les harían un cargo extra.
#9 ¿eres mormón?
Una prueba más de que a Dios no le gustan loa fiesteros. A Dios no le gusta Ibiza.
Es obvio. Por eso los aviones tienen pararrayos
La Divinidad nos manda su mensaje de furia contra el pecado y las costumbres viciosas de las gentes que visitan la morada de Satán !!.
#2 Un mormón tiene su asiento junto a un australiano en un vuelo Londres-Melbourne. Cuando el avión ha despegado empiezan a repartir bebidas a los pasajeros.
El australiano pide un ron con coca-cola. La azafata le pregunta al mormón si quiere beber algo. Contesta el mormón con mal tono:
– Prefiero ser raptado y violado salvajemente por una docena de prostitutas antes que una gota de alcohol toque mis labios.
El australiano le devuelve el ron con coca-cola a la azafata y dice:
-Yo también. No sabía que se pudiera elegir.