Hace 5 años | Por Iris_ a publico.es
Publicado hace 5 años por Iris_ a publico.es

No había muchas opciones. O subías al camión que te llevaría a la muerte, o te mataban allí mismo. A los verdugos, pistola en mano, les daba exactamente igual dónde asesinar a los presos de la cárcel de Pamplona, una prisión provincial que durante la dictadura se convirtió en otra sucursal del infierno. Los hijos y nietos de las víctimas querían preservar ese espacio como lugar de memoria, pero el ayuntamiento de UPN optó por derribarlo. Tampoco hubo ocasión de poner al menos un monolito: en su lugar, el consistorio de derechas convirtió la cam

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En Berlín hace mucho tiempo que hicieron eso con los cuarteles de la Gestapo. Ahora está allí el museo de Topología del Terror.