«En la vecina Rusia, la ultraderecha tiene un gran peso en el Estado y copa las instituciones. Una fuerza política abiertamente xenófoba y ultranacionalista, como el LDPR encabezado por Vladímir Zhirinovski, cuenta con 39 escaños en la Duma, e incluso tres regiones están encabezadas por sus gobernadores. Más aún, Rusia Unida, el gran partido oficialista del país, ha firmado acuerdos de cooperación con el austriaco FPO y mantiene estrechos vínculos con la Agrupación Nacional, de Marine Le Pen y fuerzas similares en Alemania o Italia»
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