Debido a la enorme controversia que está habiendo con Miley Cyrus y la acertada carta que le ha escrito Sinead OConnor, me he propuesto escribir este artículo, especialmente porque es un ejemplo claro de cómo nuestro alrededor más implícito impacta en nuestro desarrollo como personas. Nuestro alrededor más implícito como la publicidad. Y…
Todo lo que quieras, pero si en el anuncio saliese un hombre haciendo exáctamente lo mismo y diciendo que se va a tirar a su jefa, y que va a caer y demás, seguro que no diríamos que degrada al hombre.
#1 Un hombre que se folla a su jefa jamas se le catalogaría de "puta", una tía llega a un puesto de responsabilidad y el comentario más oído es "tiene las rodillas pelás". Solo lo dejo ahí.
No compro desigual desde que toda su ropa lleva por detrás en grande un letrero luminoso que pone desigual. Aún estoy dispuesto a llevarla si me pagan como poste publicitario.
Comentarios
Todo lo que quieras, pero si en el anuncio saliese un hombre haciendo exáctamente lo mismo y diciendo que se va a tirar a su jefa, y que va a caer y demás, seguro que no diríamos que degrada al hombre.
#1 Un hombre que se folla a su jefa jamas se le catalogaría de "puta", una tía llega a un puesto de responsabilidad y el comentario más oído es "tiene las rodillas pelás". Solo lo dejo ahí.
#3 "Un hombre que se folla a su jefa jamas se le catalogaría de "puta""
Este anuncio no llama puta a esta mujer. Normaliza su situación como algo válido. Justo por eso no es malo que existan este tipo de anuncios.
"una tía llega a un puesto de responsabilidad y el comentario más oído es "tiene las rodillas pelás". Solo lo dejo ahí."
Pues aléjate de quienes les has oído decir esto.
No compro desigual desde que toda su ropa lleva por detrás en grande un letrero luminoso que pone desigual. Aún estoy dispuesto a llevarla si me pagan como poste publicitario.
Miley Cyrus o el falso emporramiento de la mujer moderna.