Hace 10 años | Por BLT a yorokobu.es
Publicado hace 10 años por BLT a yorokobu.es

Ningún escenario ha resultado tan fértil para el fotógrafo Martin Parr como la playa. El británico recorrió medio mundo con un afán casi científico por retratar el humano en este entorno. Pero este deseo de retratar el “teatro de lo cotidiano” no surgió de forma aislada en la cabeza del genio británico. Parr admite sin reparos que probablemente lo que más influyó en su trabajo fue Tony Ray-Jones, un fotógrafo callejero 10 años mayor que él, cuya obra llegó a sus ojos en 1971, cuando era estudiante en la Universidad Politécnica de Manchester.