La izquierda liberal clásica (obsoleta hoy en día) era hace años el principal baluarte del derecho a las garantías judiciales y a un juicio justo. Sin embargo, ha habido una evolución en la izquierda, que ha progresado hacia posiciones más modernas y actualizadas que desechan el derecho a un juicio justo como un elemento secundario que debe ser entendido en el contexto de la acusación. La izquierda moderna no considera ese derecho como algo especialmente relevante, y ante ciertas acusaciones (como la de violación), es precindible.