Corría el mes de julio y Alberto Oliart había dimitido como presidente de RTVE. Para salir del apuro, el Consejo de Administración daba un paso adelante y asumía el control ejecutivo de la empresa. No le quedaba otra. El Congreso, sin acuerdo entre PP y PSOE, no iba a nombrar fácilmente un nuevo inquilino para Prado del Rey. Se acordaba una presidencia rotatoria, en la que los consejeros se turnaran cada mes al frente de la casa. Un mecanismo sui generis que alumbra curiosas coincidencias. Y es que el 20 de noviembre, fecha de las próximas elec