"Que nos identifiquemos es la exigencia característica de la policía: ¡identificación! ¡De uno en uno y con el carnet en la boca! ¿A quién le interesa que nos identifiquemos, que nos sintamos madrileños, españoles, jóvenes, gays o riojanos? Pues a la autoridad competente, por supuesto. Es el poder el que se dirige a nosotros, a cada uno de nosotros, el que nos interpela, el que nos exige volver la cabeza y responder: "sí, señor, soy yo". Como solía decir Althusser: la ideología recluta a los individuos como sujetos (sujetados, sometidos)."
Comentarios
¿Entonces la libertad empieza por anular la propia identidad? El concepto me resulta un tanto repulsivo, filosoficamente hablando. Otra cosa es aceptar la identidad que otros hayan escogido para mí: está muy bien negarse a aceptar una identidad impuesta por otro, ya sea la autoridad, la publicidad, la intelectualidad... pero mi libertad empieza por afirmar mi identidad como individuo.
Al principio no entendía bien el formato (carta de una lectora, respuesta de Rafael Reig) y la verdad... he pensado que tenía un problema grave.
Una vez entendido... la verdad, completamente de acuerdo con la respuesta. La identidad es uno mismo, no una bandera, un símbolo patrio o el terruño que te rodea (al cual puedes tener más o menos cariño, una cosa no quita en absoluto la otra).
#2, creo que lo has interpretado parecido a mi.
#1, la cosa no es que tengas que anular tu propia identidad. Es solo una reflexión para que te plantees si es tu identidad o la que te han impuesto, para que seas un peón en unos objetivos de otras personas. Es un simple ejercicio de autocrítica y propia análisis de tu conciencia. Yo lo he encontrado positivo.
Saludos.