La minería es un sector estratégico para la Comunitat Valenciana, aunque consume una cantidad ingente de recursos naturales como por ejemplo mina Mercedes en Villar del Arzobispo, donde la extracción de áridos ha hecho desaparecer montañas enteras y borrado del mapa ramblas de escorrentía. En todo el territorio hay 793 derechos mineros concedidos por la Conselleria de Economía -donde solo tres funcionarios forman el equipo técnico- y 500 explotaciones validadas ambientalmente por la Conselleria de Agricultura.
Este sector siempre se ha defendido como gato panza arriba ante todos los intentos de regulación y corrección de su actividad e impacto ambiental: siempre que se han propuesto nuevos escalados de los frentes de extracción, para permitir o favorecer la restauración y regeneración posterior a la explotación, salen con el típico argumento de "si se hace ésto, cierro y los trabajadores a la calle". Además tienen a su favor una legislación obsoleta que nunca contempló los aspectos medioambientales, exceptuando las concesiones más recientes (y las Evaluaciones de Impacto Ambiental, pues ya tal...).
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Este sector siempre se ha defendido como gato panza arriba ante todos los intentos de regulación y corrección de su actividad e impacto ambiental: siempre que se han propuesto nuevos escalados de los frentes de extracción, para permitir o favorecer la restauración y regeneración posterior a la explotación, salen con el típico argumento de "si se hace ésto, cierro y los trabajadores a la calle". Además tienen a su favor una legislación obsoleta que nunca contempló los aspectos medioambientales, exceptuando las concesiones más recientes (y las Evaluaciones de Impacto Ambiental, pues ya tal...).