Cuando un colega escritor se encoleriza al descubrir que una de sus obras ha sido pirateada y puede descargarse gratuitamente a través de Internet, me parece estar contemplando a un granjero clamando al cielo porque una empresa, subrepticiamente, ha tomado una muestra de ADN de uno de sus cerdos para clonar cerdos a una velocidad asombrosa… hasta el punto de que puede vender mucho más barato el jamón. El granjero aduciría que le han robado (aunque el cerdo no haya sido sustraído) y que, además, sus ganancias se verán reducidas...
Comentarios
Cobrar por copias es lícito cuando la creación de escasez artificial no comporta un gran trauma social, cultural o hasta tecnológico. Pero llegados a este punto, crear escasez artificial en un producto digitalizable es tan absurdo como subvencionar a los criadores de caballos porque la mayor parte de consumidores han optado por desplazarse en tren, coche o bicicleta.
Totalmente cierto. O que la industria de las neveras tuviese que pagar a la antigua de hielo. Porque esta primera encontró un modelo de negocio mejor. Y por ende la gente usa neveras.
Salu2
#0 Vale, ahora dime donde me compro una grabadora de C(er)D(o)s...
""Si hay ánimo de lucro, entonces el tema se torna un poco más complejo. Legalmente está infringiendo la ley. Pero ¿lo está haciendo moralmente? Mi postura es taxativamente que no."
Y si lo pongo de esta forma: un matemático gasta buena parte de su vida haciendo un super-algoritmo de compresión de vídeo, lo implementa en C++ en entorno consola porque la parte gráfica NO es lo suyo. Llega un tío que es un super-experto en software gráfico y diseño GUI y hace un software de compresión de video tipo Hollywood (por lo espectacular) usando como kernel el algoritmo del matemático. El usuario final no descarga la versión consola de una página web fea, descarga el super-software megagráfico, lleno de efectos especiales y una página web que arranca suspiros de admiración. Y es el tío del software gráfico el que logra vender, el matemático no ve un euro.
#4 En el caso del Software los derechos son mucho más restrictivos que en el caso del arte, porque para usar el software necesitas una máquina, y para disfrutar una obra sólo necesitas no cerrar los ojos.
El matemático que creó el algoritmo, puede reservarse sus derechos, de tal forma que quien construye la interfaz gráfica tendrá que compartir los beneficios si está vendiendo el algoritmo incluido dentro de su programa.
Luego está el maravilloso mundo del software libre, donde una persona puede dar permiso al mundo entero para usar su trabajo como les dé la gana, siempre que no se atribuyan la autoría de su programa como si fueran ellos quienes lo han creado.
"Si hay ánimo de lucro, entonces el tema se torna un poco más complejo. Legalmente está infringiendo la ley. Pero ¿lo está haciendo moralmente? Mi postura es taxativamente que no. De hecho, el “ladrón” está haciendo más por el autor de lo que él sospecha: nada menos que le está desvelando modelos de negocio que él podría explotar sin menoscabar el acceso libre a la cultura y otras medidas contra la sociedad a fin de privilegiar un modelo de negocio basado en la creación artificial de escasez."
Este tío es un inmoral.
Si yo me enriquezco con la obra de otro, moralmente no estoy siendo justo, y debería compartir los beneficios de esa obra con su autor.
Eso no implica que yo no pueda disfrutar cualquier obra que esté a mi alcance, porque no voy a taparme los oídos cuando alguien pone la radio a mi lado, o si pone un CD de música.
Si hombre, puedes ganar dinero. Pero si quieres ganar dinero de verdad necesitas a los editores. J.K. Rolling no seria tan rica si no fuera por su propia marca y el trabajo de los editores.