Ante la evidencia de la necesidad de trabajar solemos pensar que no hay que tener demasiados remilgos en nuestro puesto de trabajo: trabajar festivos, hacer más de 8 horas, no cobrar horas extras, no cobrar dietas, aceptar sueldos bajos y ese largo y triste etc que actualmente se conoce como “precariedad laboral”. Esta mentalidad, ampliamente fomentada por los empresarios y los medios de comunicación de masas, basada en el sacrificio, el esfuerzo, el paternalismo patronal... es un veneno que está corroyendo las entrañas de nuestra sociedad.
Comentarios
Entre otras muchas cosas, hay que cambiar los horarios laborales ya. Que coño pasa, porque seguimos tragando con todo. Si no hay protestas colectivas, tendrán que ser individuales. Alguien tiene que empezar. Que pasa, ¿no hay cojones o que?
Somos lo peor.
Solo se trabaja para el sistema.
Muchas grandes verdades, aunque no habla de cuando tú propones una queja y tu compañer@ es el primer@ en decir que te calles