Tras la instauración de la República en España, se promulgaron diferentes leyes sobre derechos sociales. Una de ellas fue la del divorcio. En marzo de 1932, y con bastante polémica de por medio pero una mayoría aplastante, se aprobó la primera ley en la historia moderna de España que permitía deshacer un matrimonio. El 2 de marzo de 1938, cuando el bando golpista ya había avanzado posiciones en la guerra, proclamó un decreto suspendiendo todos los pleitos de separación o divorcio.
Comentarios
Pues que lo republicano no valía en lo franquista.
Igual que los estudios, el dinero etc, es que es de cajón.
Punto.
Bajo petición, se revoca ¡el nuevo matrimonio del cónyuge!
Manda coyons
El divorcio es una idea paranoica –funciona en referencia a una amenaza externa: tu pareja– y la paranoia siempre vende bien. Es fácil entusiasmarse con el divorcio. Es fácil imaginarse distintos de tu pareja; es fácil imaginarse mejor que tu pareja. Es fácil suponer que todos los males provienen del matrimonio, de cualquiera menos de nosotros. Es más cómodo, más tranquilizador: evita ciertos roces y evita, sobre todo, el esfuerzo de pensar. El mayor problema del divorcio es que aplasta las diferencias, hace que desaparezcan los matices.
#3 Se ve que te ha gustado mucho...
Cataluña: el viejo truco de la patria/c53#c-53