Desde el Cónclave hasta la entronización como Pontífice, practicamente, todas las personas que han prestado atención y seguido cada paso, han observado esa sencillez para todo, desde el uso del autobús, sus zapatos y el anillo, hasta en el trato hacia los demás, esa calidez que a muchos nos ha deslumbrado.
Comentarios
La declino, gracias.
Contigo no, bicho.
espero que cambie la tendencia y lleve una conducta ejemplar