Hace 4 años | Por carademalo
Publicado hace 4 años por carademalo

Comentarios

Casiopeo

¿a alguien le sobra un perro? lo devuelvo en quince dias...

El_Repartidor
clowneado

- Récord de audiencia para "La Santa Misa" de La2. Con un 70% de cuota de pantalla, la retransmisión de la misa dominical consigue su máxima audiencia desde 1960.

Lo que no consiga el coronavirus...

neiviMuubs

De puertas afuera hinchamos el pecho con El Quijote, pero puertas adentro nos identificamos mejor con El Lazarillo de Tormes. Lo que ocurra estos 15 dias, va a dar para llenar varios libros.

maria1988

#2 Creo que todos tenemos claro que no serán 15 días.

themarquesito

#2 Basta ya de denigrar a Lázaro González Pérez. El Lazarillo no es picaresca, ese género empieza con el Guzmán de Alfarache, y sigue con obras como Rinconete y Cortadillo, o La vida del Buscón. A diferencia de Rinconete, Cortadillo, o Guzmán, Lázaro es un mozo joven que hace pequeñas triquiñuelas como horadar el arcaz del avariento clérigo de Maqueda para poder sobrevivir, para no morir de hambre. También pide limosna (con el ciego y para el escudero) para tener algo que comer.

Con el ciego: Él traía el pan y todas las otras cosas en un fardel de lienzo, que por la boca se cerraba con una argolla de hierro y su candado y llave; y al meter de todas las cosas y sacallas, era con tanta vigilancia y tan por contadero, que no bastara todo el mundo a hacerle menos una migaja. Mas yo tomaba aquella laceria que él me daba, la cual en menos de dos bocados era despachada.

Con el clérigo de Maqueda: Como si debajo de ella estuvieran todas las conservas de Valencia, con no haber en la dicha cámara, como dije, maldita la otra cosa que las cebollas colgadas de un clavo. Las cuales él tenía tan bien por cuenta, que, si por malos de mis pecados me desmandara a más de mi tasa, me costara caro. Finalmente, yo me finaba de hambre.
[...]
A cabo de tres semanas que estuve con él vine a tanta flaqueza, que no me podía tener en las piernas de pura hambre. Vime claramente ir a la sepultura, si Dios y mi saber no me remediaran

Con el escudero: Y no tenía tanta lástima de mí como del lastimado de mi amo, que en ocho días maldito el bocado que comió. A lo menos en casa bien los estuvimos sin comer.
[...]
-Aquí arriba lo encontré y venía diciendo su mujer: «Marido y señor mío, ¿adónde os llevan? ¡A la casa lóbrega y oscura, a la casa triste y desdichada, a la casa donde nunca comen ni beben!». Acá, señor, nos le traen.