Hace 9 años | Por chisqueiro a hayderecho.com
Publicado hace 9 años por chisqueiro a hayderecho.com

En cualquier caso y como conclusión de esta investigación, parece claro que dado el elevadísimo nivel de opacidad y discrecionalidad en el nombramiento de los letrados no es de recibo que se nombren como tales a la hija y al yerno de un Presidente de Sala. Sencillamente, porque frente a la acusación de nepotismo no cabe defensa sólida alguna, y el Tribunal Supremo sería el primero que debería mirar por su propio prestigio y reputación.

Comentarios

perrico

Como en todas partes. Allí resulta más sangrante, pero es lo que hay.
La relación directa que hay en este país acerca del número de altos, cargos hijos de altos cargos hace que la estadística quede desbordada por todos los lados.
Empezando por nuestro presidente del gobierno que, siendo hijo de un juez franquista, se convierte en abogado del estado, sabiendo todo el mundo lo inteligente que es. Se puede ver su grado de inteligencia en los artículos que publicaba en su juventud, hablando de la genética superior de los ricos, que dejaría al doctor Mengele como un perroflauta.
Este país sigue siendo un inmenso cortijo donde como mucho se mantienen las formas en algunos casos.

Campechano

#1 No es precisamente la inteligencia lo que se evalúa en una oposición, y mucho menos a abogado, notario, registrador de la propiedad y demás profesiones similares, así que lo de que sea abogado del estado con las luces que tiene no es algo fuera de lo común. Lo que sí que lo es es el grado de endogamia en estos puestos a los que teóricamente puede acceder cualquiera con ganas y tiempo, o lo que es lo mismo, cualquiera que pueda vivir de sus padres unos cuantos años después de acabar la carrera. Y mucho más preocupante aún es el hecho de que a esos puestos no se acceda por méritos sino vomitando en un examen un montón de cosas inútiles

LuisPas

el otro dia lo dije aqui refiriendome a la universidad y me llovieron collejas...

casanxelin

La cultura del amiguismo sigue instalada en muchos sectores de la sociedad pero es en la clase política donde alcanza su clímax.