Sin embargo, los profesionales del fútbol pensaron que podrían ser una excepción e insistieron en reanudar la competencia, incluso a puerta cerrada. La ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, tuvo que aclarar que la industria del deporte "no era una prioridad en nuestra sociedad" en la fase de desconfinamiento. Traducción completa en #1
la industria del deporte "no era una prioridad en nuestra sociedad" en la fase de desconfinamiento.
Da gusto cuando un político tiene claras unas prioridades correctas.
Terminó doblándose, a regañadientes. El primer ministro, Edouard Philippe, no había dejado mucho margen de maniobra a la Ligue de Football Professionnel (LFP) al afirmar, el martes 28 de abril, cuando presentó su plan de desconfinación, que la temporada 2019-2020 de El deporte profesional no pudo reanudarse. La decisión de la junta directiva de la LFP el jueves 30 de abril de cerrar permanentemente las temporadas de la Ligue 1 y Ligue 2, suspendida desde el 8 de marzo debido a riesgos para la salud, fue inevitable.
Por lo tanto, los franceses tendrán que prescindir de los partidos del campeonato de fútbol al menos hasta el comienzo de la próxima temporada, el 22 de agosto. Este es uno de los muchos sacrificios impuestos por esta crisis sin precedentes. En todo el mundo, los principales eventos culturales y deportivos se cancelan o posponen, comenzando con los Juegos Olímpicos de Tokio, reprogramados en 2021. El Tour de Francia se ha retrasado dos meses.
Sin embargo, los profesionales del fútbol pensaron que podrían ser una excepción e insistieron en reanudar la competencia, incluso a puerta cerrada. La ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, tuvo que aclarar que la industria del deporte "no era una prioridad en nuestra sociedad" en la fase de desconfinamiento.
Concesiones salariales
Si los profesionales del fútbol estaban tan ansiosos por terminar la temporada, como sus colegas europeos (es cierto, que, excepto en los Países Bajos) todavía esperan, es porque cientos de millones de euros, en derechos de transmisión televisiva, están en juego. Este dinero pesa mucho en los presupuestos de los clubes (en promedio 36% en la Ligue 1).
El gobierno se ha comprometido a apoyar a los clubes con dificultades. Pero, mientras toda la industria cultural está amenazada, que los cafés y restaurantes ni siquiera saben cuándo pueden reabrir, que decenas de miles de trabajadores turísticos tendrán que apretarse el cinturón, tal vez en el momento de preguntarse: ¿Ha llegado para que los líderes profesionales de fútbol pausen y reconsideren su modelo de negocio?
Este es un sector que ha estado haciendo millones durante veinte años y no se ha molestado en asegurar su retaguardia en anticipación de los malos días. Estos son clubes donde, según un cálculo de L’Equipe, el salario promedio es de 94,000 euros brutos por mes. Este es un deporte, sin duda extremadamente popular, que el aumento constante de los derechos de televisión, los altos precios de las transferencias de jugadores y las comisiones pagadas a los agentes se han transformado en un imperio financiero. Y aquí hay clubes, incluida la Ligue 1, como PSG, OM, Mónaco, Reims, Niza o Brest, que pidieron beneficiarse del plan de desempleo parcial, es decir, ayuda de el estado, durante la pandemia.
En todo el mundo, la violencia de la crisis del coronavirus está empujando a los funcionarios a cuestionar su forma de trabajar. ¿Por qué el fútbol profesional debería escapar de esta introspección? La enormidad de las sumas en juego ha empañado su imagen. Podría comenzar obteniendo concesiones salariales de los jugadores, lo que reduciría los gastos del club en este período sin ingresos. Algunos clubes europeos como la Juventus de Turín, el FC Barcelona y el Bayern de Múnich ya lo han hecho.
Nos hubiera gustado mucho escuchar a los grandes jugadores de los clubes franceses, ellos que tienen tanto eco, tomar su parte de solidaridad en esta crisis. Lamentablemente, se ha desaprovechado la oportunidad de cerrar la brecha entre el fútbol profesional y el público en general.
Comentarios
la industria del deporte "no era una prioridad en nuestra sociedad" en la fase de desconfinamiento.
Da gusto cuando un político tiene claras unas prioridades correctas.
Aquí tampoco debería reanudarse La Liga. El fútbol sin aficionados no tiene sentido. Pero es que aquí, #NoEsFútbolEsLaLiga
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Terminó doblándose, a regañadientes. El primer ministro, Edouard Philippe, no había dejado mucho margen de maniobra a la Ligue de Football Professionnel (LFP) al afirmar, el martes 28 de abril, cuando presentó su plan de desconfinación, que la temporada 2019-2020 de El deporte profesional no pudo reanudarse. La decisión de la junta directiva de la LFP el jueves 30 de abril de cerrar permanentemente las temporadas de la Ligue 1 y Ligue 2, suspendida desde el 8 de marzo debido a riesgos para la salud, fue inevitable.
Por lo tanto, los franceses tendrán que prescindir de los partidos del campeonato de fútbol al menos hasta el comienzo de la próxima temporada, el 22 de agosto. Este es uno de los muchos sacrificios impuestos por esta crisis sin precedentes. En todo el mundo, los principales eventos culturales y deportivos se cancelan o posponen, comenzando con los Juegos Olímpicos de Tokio, reprogramados en 2021. El Tour de Francia se ha retrasado dos meses.
Sin embargo, los profesionales del fútbol pensaron que podrían ser una excepción e insistieron en reanudar la competencia, incluso a puerta cerrada. La ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, tuvo que aclarar que la industria del deporte "no era una prioridad en nuestra sociedad" en la fase de desconfinamiento.
Concesiones salariales
Si los profesionales del fútbol estaban tan ansiosos por terminar la temporada, como sus colegas europeos (es cierto, que, excepto en los Países Bajos) todavía esperan, es porque cientos de millones de euros, en derechos de transmisión televisiva, están en juego. Este dinero pesa mucho en los presupuestos de los clubes (en promedio 36% en la Ligue 1).
El gobierno se ha comprometido a apoyar a los clubes con dificultades. Pero, mientras toda la industria cultural está amenazada, que los cafés y restaurantes ni siquiera saben cuándo pueden reabrir, que decenas de miles de trabajadores turísticos tendrán que apretarse el cinturón, tal vez en el momento de preguntarse: ¿Ha llegado para que los líderes profesionales de fútbol pausen y reconsideren su modelo de negocio?
Este es un sector que ha estado haciendo millones durante veinte años y no se ha molestado en asegurar su retaguardia en anticipación de los malos días. Estos son clubes donde, según un cálculo de L’Equipe, el salario promedio es de 94,000 euros brutos por mes. Este es un deporte, sin duda extremadamente popular, que el aumento constante de los derechos de televisión, los altos precios de las transferencias de jugadores y las comisiones pagadas a los agentes se han transformado en un imperio financiero. Y aquí hay clubes, incluida la Ligue 1, como PSG, OM, Mónaco, Reims, Niza o Brest, que pidieron beneficiarse del plan de desempleo parcial, es decir, ayuda de el estado, durante la pandemia.
En todo el mundo, la violencia de la crisis del coronavirus está empujando a los funcionarios a cuestionar su forma de trabajar. ¿Por qué el fútbol profesional debería escapar de esta introspección? La enormidad de las sumas en juego ha empañado su imagen. Podría comenzar obteniendo concesiones salariales de los jugadores, lo que reduciría los gastos del club en este período sin ingresos. Algunos clubes europeos como la Juventus de Turín, el FC Barcelona y el Bayern de Múnich ya lo han hecho.
Nos hubiera gustado mucho escuchar a los grandes jugadores de los clubes franceses, ellos que tienen tanto eco, tomar su parte de solidaridad en esta crisis. Lamentablemente, se ha desaprovechado la oportunidad de cerrar la brecha entre el fútbol profesional y el público en general.
Aquí es 'prioridad nacional', cohesión social lo llaman. Desde el 'gooool de Señoooorrr' hasta el 'más que un Club';
#4 Pasando por "gooooooool de Santillana".