Mientras nosotros usamos la música como una técnica complementaria al tratamiento psicoterapéutico y manejamos aún pobremente sus posibilidades, los brujos, curanderos tribales ya conocían sus efectos "mágicos". Ciertamente, la música y el ritmo tienen poderosos efectos en el organismo humano e implican la segregación de endorfinas la producción de efectos analgésicos, así como la influencia que ejerce en nuestros ritmos fisiológicos.