Leo con creciente inquietud un reportaje publicado esta semana en el International Herald Tribune en el que se advierte del crecimiento de la demanda de certificados de virginidad entre las mujeres musulmanas. “En mi cultura -dice una estudiante de 23 años de origen marroquí residente en Montepellier- no ser virgen es ser sucia”. Y añade a continuación: “Ahora mismo, la virginidad es más importante que mi vida”.
“Ahora mismo, la virginidad es más importante que mi vida”.
Pues tú misma, hija. Ahora, no te quejes después de cómo te va en la vida con un hombre que, además, no cree en tu palabra y te pide un certificado.
Por cierto, ¿no le pides a él también un certificado de esos? Seguro que él es más "sucio" que tú.
Tan importante es que cuando se van a casar, las que la han perdido, que son más de las que nos pensamos, se operan para recuperarla, cuanta hipocresía!!!
Comentarios
¡Que románticos! Empezar una relación con un certificado... ¿Qué tal también un certificado de fidelidad? ¿Y otro de sumisión?
Pensar en seres humanos como objetos de consumo: a estrenar, segunda mano, usado, etc ¡Eso sí que es sucio!
“Ahora mismo, la virginidad es más importante que mi vida”.
Pues tú misma, hija. Ahora, no te quejes después de cómo te va en la vida con un hombre que, además, no cree en tu palabra y te pide un certificado.
Por cierto, ¿no le pides a él también un certificado de esos? Seguro que él es más "sucio" que tú.
Un poco tremendista el artículo, no?
Tan importante es que cuando se van a casar, las que la han perdido, que son más de las que nos pensamos, se operan para recuperarla, cuanta hipocresía!!!