Tras probar de mil maneras diferentes, y cuando ya daba por imposible cualquier cosa que no fuera reiniciar el ordenador, el parpadeo del cursor se ha convertido en una “a” gigantesca que ha ocupado casi toda la pantalla del ordenador. “¡Coño!” He soltado yo, agotada mi imaginación en busca de que aquello funcionara. Y como ya la había agotado, el hecho de que la “a” comenzará a hablar, dirigiéndose a mi, no podía deberse a un exceso de ella. Así que lo único que he podido hacer es...
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La web del diseñador que menciona en el apunte (aletritas):
http://www.albertocarnero.com/