Nosotros, en nuestros centros educativos, empleamos años en educar al alumnado en actitudes de diálogo, noviolencia, participación, compromiso, democracia, respeto… mientras que por otro lado, y en total incongruencia, distintas administraciones públicas emplean sus recursos en coaccionar de forma expeditiva, mediante la violencia y las leyes, a la gente sin poder que se queja con razón de la injusticia a la que está siendo sometida por una crisis que han generado los más poderosos.