Hace 15 años | Por a lagrimasdekoala.blogspot.com
Publicado hace 15 años por a lagrimasdekoala.blogspot.com

Todas las ansias revolucionarias, o continuistas, se han ido quedando en los cinco años de carrera. Aún no la he terminado, apenas tengo experiencia profesional, y ya estoy hastiado. No de la profesión, ni de la información. Estoy cansado de haber desaprovechado los últimos años sin hacer ni aprender nada de provecho...

Comentarios

D

Cuando tengas 10 o 20 años más te darás cuenta que, después de todo, pues algo de lo que dice que no aprendiste en realidad fue al revés y en ese momento te sirve.

Edito: Ah!.. y no mires a mi nick
Firmado: alguien que puede ser tu padre.

mandeulia

...¡ánimo chaval! no mojes el blog
Muchos hemos pasado por ahí, y ahora nos partimos la caja recordando chorradas tan importantes sobre el desaliento.
...como para ti recordar el drama de un grano en la adolescencia.

editado:
...creo que #1 sabe de lo que hablo. lol

A

Totalmente de acuerdo en lo de los profesores y los libros. Yo, estudio una ingenieria, solo voy a clase si la primera vez que he estudiado una asignatura por mi cuenta me ha quedado. Las clases, al menos las que dan en mi escuela, sirven si ya sabes, pero no sirven para aprender. Y es que la mayoria de los profesores se gustan tanto dando su asignatura que se olvidan que la gente que tiene delante nunca se ha enfrentado antes con ella.

D

Lee, escucha bueno grupos, ve buenas pelis... y cuando te hagas viejos te acordarás de eso y de cuando pasaste por la facultad. Nunca pienses que la universidad te va a dar las respuestas que necesitas ni que te va solucionar la vida, como mucho te dará algo en que pensar, ideas sobre donde hurgar y eso no es poco. Lo que aprendes es un poso que solo disfrutas mucho años después.

UtahNutria

En la delegación de alumnos de mi facultad solemos decir algo que parece redundante pero rebosa de profundidad: Hay dos tipos de alumnos, unos pasan por la universidad, en otros la universidad pasa por ellos.

Las ganas de cambiar cosas, el gusanillo de la vocación, el entusiasmo por lo que se hace, no se alimentan tomando apuntes y volviendo a casa a estudiar día tras día como autómatas hasta que llega el día del examen. Esos alumnos pasan por la universidad y ésta ni siquiera se percata de que existen. Sin embargo el implicarse en la política universitaria, defenderte de los abusos de los profesores, participar en delegaciones de alumnos con actividades relacionadas con la licenciatura correspondiente (charlas, debates, proyecciones, divulgación de alumnos con becas de verano...) sí que te arropa en tu tránsito por la institución. Te hace sentir que sí que se pueden cambiar cosas poco a poco, y que algunos profesores a pesar de sus clases "no magistrales" fuera del aula (tutorías, juntas de facultad, asaderos) hacen algo de bien por tu centro, y que aunque te enfrentes a ellos suelen respetar la unión de los alumnos sin represalias.

De otra manera, la monotonía y la frustración terminan desarrollando un sentimiento de claustrofobia existencial que a muchos les lleva a abandonar el título incluso a poco de conseguirlo.