Antonio Luján asegura ser víctima de una educación deficiente y también del individualismo humano. Pedagogo de profesión, descubrió por casualidad “viendo un YouTube” que el bidé es usado comúnmente para limpiarse los genitales, el ano y, en ocasiones, los pies. “Llevaba 40 años utilizando el bidé para lavarme la cara diariamente. 40 malditos años. Mi mujer lo sabía, me había visto hacerlo, y calló para no violentarme. Por supuesto, ella sí lo usaba correctamente”, se lamenta.
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Ahora sólo hace falta que le enseñen a usar las tres conchas.
El final es demoledor
Hecho real:
Corrían los 80 del siglo pasado, cuando en una gran cafetería un grupo de amigos disfrutaba de una velada de cháchara informal cuando a uno de ellos le dio un apretón de los de 'corre que no llego' y salió disparado al servicio, Apenas abrió la puerta se produjo un apagón. Con las prisas, tanteó los elementos de la habitación y logró encontrar la taza e hizo uso de ella con avidez y demasía cuando de pronto vino la luz y descubrió horrorizado que se trataba de un bidé. Por mucho que abrió el grifo, la sustancia no salía por el desagüe. Salió discretamente hacia la mesa de los amigos y nos exigió a todos salir rápidamente del lugar sin dar explicaciones ante nuestro asombro. Ya fuera del establecimiento, nos relató el vergonzoso suceso.
Coño ¿Pero no era para las gargaras vespertinas? A la piltra no te iras sin saber una cosa mas ...
Dice esto al tiempo que, usando un tenedor, intenta terminar la sopa que le han servido en el restaurante donde nos hemos citado. Mueve el brazo muy rápidamente, intentando que el líquido llegue a su boca sin perderse por el camino, y cuando se cansa come migas que extrae de la barra de pan con una cuchara, como si comiera helado. Aturdido ante el espectáculo, le miro con ternura sin atreverme a decir nada.
Esto humor nunca llega en mal momento,