Lo peor es que los misántropos y los licántropos son inmortales. Transitan por los siglos como una plaga de langosta que devora los dulces dedos de los bebés de los aparceros o de los trabajadores de las fábricas textiles. En la modernidad sustituyen los colmillos por las tarjetas opacas o se ríen en las caras de los preferentistas mientras devoran, con una ansiedad que no reconoce el tiempo como fluir eterno, las despensas de los lugareños. Los licántropos tienen muchos nombres y durante siglos solo salían de noche a acosar y devorar a sus víc
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#0 Mal empezamos con el SPAM del pajarito ese