El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha concedido al exconsejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo. La decisión ha sido apoyada de forma unánime por todos los miembros que conforman el Consejo de Gobierno.
#7:
Tan fácil como que el siguiente Gobierno, si tiene los huevos y la dignidad que un gobierno tiene que tener, invalide esta condecoración.
Putos fachas peperos, si es que en verdad son como los caudillos y los dictadores de toda la vida: concediéndose a sí mismos medallas y aplaudiéndose delante del espejo. Es un milagro que no hayan hecho poner por ley un cuadro de Aznar acariciando a un niño y dándole una barra de pan a otro en todas las escuelas de España.
Hijos de puta.
#17:
¿Esto hombre es un héroe del pueblo? ¿Este hombre se merece un reconociemiento a todos sus méritos, o más bien, a su único mérito? ¿Es necesario pasar el tiempo recompensando a los amigos, en vez de arreglar los problemas de la comunidad?
Que utilicen precisamente el ejemplo del 2 de mayo, para mi es muy significativo. En el centro-oeste de Madrid, hay un lugar que yo no conocía pese a estar a escasos metros de la muy conocida y transitada plaza de España. Cruzando la calle, en dirección a la zona de bares de Pintor Rosales, hay una especia de parque, o una glorieta, que se encuentra rodeada por una calle. No es muy grande, y apenas, aparte de árboles, hay en el medio un monumento.
Es un monumento alto bastante alto. La parte de arriba, hecha de metal, representa una escena confusa: un hombre muerto en el suelo con un cañón a su lado, y encima se alza lo que parece ser un caballo alborotado. El metal parece muy gastado, se ha ido enrojeciendo poco a poco, y la escultrua tiene aires de ser muy vieja, de haberse ido desgastando con el tiempo. Puede que sea la misma que inauguraron ahí dios sabe hace cuantos años.
Todo esto está colocado sobre un grueso pedestal, hecho de una simple piedra maciza. A la altura de los ojos, hay una enorme placa dorada que cuenta a quienes está dedicado el monumento. La placa, cuando la vi, relucía completamente. Reflejaba la luz de las farolas, y no tenía casi nungún arañazo, mancha, o imperfección. Daba la impresión de haber sido cambiada regularmente. No me acuerdo exactamente de lo que está escrito sobre ella, pero sé con seguridad que pone algo parecido a "Al Pueblo del 2 de Mayo".
Además de este monumento, solo hay otra cosa que llama la atención en esa especie de glorieta. Alejados de la enorme piedra, entremetidos en los árboles, medio escondidos bajo los arbustos, hay un buen número de pobres, de indigentes, que con sus tiendas, sus colchones gastados y su ropa deshecha duermen allí. Yo fui a aquella plaza a principios de diciembre, y hacía un frío terrible que me congelaba la cara y me impedía respirar por la nariz, y para mi fue duro imaginarme las condiciones en que tenían que vivir aquellas personas.
Cuando vi a esas personas me di cuenta de la terrible ironía que conlleva aquella pequeña plaza. El pueblo, el preciso pueblo que de haber estado en aquel glorioso 2 de mayo, hubiera luchado con todas sus fuerzas, y que de haber un nuevo 2 de mayo, lucharía arriesgando en ello sus dientes, su cuerpo, su alma y su vida por recuperar lo que han perdido, se encuentra completamente abandonado. Lo que tanto se preocupa de ensalzar aquella placa, ha perdido todo su significado, y se encuentra huérfano ahora mismo. En un 2 de mayo, cualquiera de esos indigentes lucharía con más valentía de lo que jamás lucharía un político.
Lasquetty ha querido privatizar uno de los últimos derechos que les quedaban a esas personas, y haber luchado por eso ha sido, según sus amigos, una labor digna de merecer la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Yo creo, según mi humilde opinión, que no se la merece, y que darle una distinción tan importante como esa a alguien solo porque es compañero del partido, y que no ha hecho nada por el pueblo, y que seguramente nisiquiera se considere parte del pueblo, es una puta vergüenza.
Para ir terminando, diré que todo lo que he escrito aquí lo hecho de memoria lo mejor que puedo; no he vuelto a ir a esa pequeña plaza, y no creo que vuelva a ir. No tengo el valor suficiente para volver a experimentar la vergüenza que sentí en esos momentos.
Tan fácil como que el siguiente Gobierno, si tiene los huevos y la dignidad que un gobierno tiene que tener, invalide esta condecoración.
Putos fachas peperos, si es que en verdad son como los caudillos y los dictadores de toda la vida: concediéndose a sí mismos medallas y aplaudiéndose delante del espejo. Es un milagro que no hayan hecho poner por ley un cuadro de Aznar acariciando a un niño y dándole una barra de pan a otro en todas las escuelas de España.
¿Esto hombre es un héroe del pueblo? ¿Este hombre se merece un reconociemiento a todos sus méritos, o más bien, a su único mérito? ¿Es necesario pasar el tiempo recompensando a los amigos, en vez de arreglar los problemas de la comunidad?
Que utilicen precisamente el ejemplo del 2 de mayo, para mi es muy significativo. En el centro-oeste de Madrid, hay un lugar que yo no conocía pese a estar a escasos metros de la muy conocida y transitada plaza de España. Cruzando la calle, en dirección a la zona de bares de Pintor Rosales, hay una especia de parque, o una glorieta, que se encuentra rodeada por una calle. No es muy grande, y apenas, aparte de árboles, hay en el medio un monumento.
Es un monumento alto bastante alto. La parte de arriba, hecha de metal, representa una escena confusa: un hombre muerto en el suelo con un cañón a su lado, y encima se alza lo que parece ser un caballo alborotado. El metal parece muy gastado, se ha ido enrojeciendo poco a poco, y la escultrua tiene aires de ser muy vieja, de haberse ido desgastando con el tiempo. Puede que sea la misma que inauguraron ahí dios sabe hace cuantos años.
Todo esto está colocado sobre un grueso pedestal, hecho de una simple piedra maciza. A la altura de los ojos, hay una enorme placa dorada que cuenta a quienes está dedicado el monumento. La placa, cuando la vi, relucía completamente. Reflejaba la luz de las farolas, y no tenía casi nungún arañazo, mancha, o imperfección. Daba la impresión de haber sido cambiada regularmente. No me acuerdo exactamente de lo que está escrito sobre ella, pero sé con seguridad que pone algo parecido a "Al Pueblo del 2 de Mayo".
Además de este monumento, solo hay otra cosa que llama la atención en esa especie de glorieta. Alejados de la enorme piedra, entremetidos en los árboles, medio escondidos bajo los arbustos, hay un buen número de pobres, de indigentes, que con sus tiendas, sus colchones gastados y su ropa deshecha duermen allí. Yo fui a aquella plaza a principios de diciembre, y hacía un frío terrible que me congelaba la cara y me impedía respirar por la nariz, y para mi fue duro imaginarme las condiciones en que tenían que vivir aquellas personas.
Cuando vi a esas personas me di cuenta de la terrible ironía que conlleva aquella pequeña plaza. El pueblo, el preciso pueblo que de haber estado en aquel glorioso 2 de mayo, hubiera luchado con todas sus fuerzas, y que de haber un nuevo 2 de mayo, lucharía arriesgando en ello sus dientes, su cuerpo, su alma y su vida por recuperar lo que han perdido, se encuentra completamente abandonado. Lo que tanto se preocupa de ensalzar aquella placa, ha perdido todo su significado, y se encuentra huérfano ahora mismo. En un 2 de mayo, cualquiera de esos indigentes lucharía con más valentía de lo que jamás lucharía un político.
Lasquetty ha querido privatizar uno de los últimos derechos que les quedaban a esas personas, y haber luchado por eso ha sido, según sus amigos, una labor digna de merecer la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Yo creo, según mi humilde opinión, que no se la merece, y que darle una distinción tan importante como esa a alguien solo porque es compañero del partido, y que no ha hecho nada por el pueblo, y que seguramente nisiquiera se considere parte del pueblo, es una puta vergüenza.
Para ir terminando, diré que todo lo que he escrito aquí lo hecho de memoria lo mejor que puedo; no he vuelto a ir a esa pequeña plaza, y no creo que vuelva a ir. No tengo el valor suficiente para volver a experimentar la vergüenza que sentí en esos momentos.
#17 He hecho login solo para votarte.
No hay palabras suficientes para describir la desverguenza y bajeza moral de esta gentuza. Nos estan meando encima y la gente les sigue votando. De veras que no lo entiendo. Esto es muy duro.
Comentarios
El dos de Mayo me lustras el tallo.
¡Panda de sinverguenzas!
Tan fácil como que el siguiente Gobierno, si tiene los huevos y la dignidad que un gobierno tiene que tener, invalide esta condecoración.
Putos fachas peperos, si es que en verdad son como los caudillos y los dictadores de toda la vida: concediéndose a sí mismos medallas y aplaudiéndose delante del espejo. Es un milagro que no hayan hecho poner por ley un cuadro de Aznar acariciando a un niño y dándole una barra de pan a otro en todas las escuelas de España.
Hijos de puta.
Relacionadísima: «En España el talento no se premia. Se premia robar y ser sinvergüenza»
«En España el talento no se premia. Se premia roba...
yorokobu.es#2 Amén.
“Por su compromiso con los ciudadanos, su vocación al servicio público y la mejora de los servicios”
Esto lo ha dicho este indivíduo: http://www.losgenoveses.net/Personajes%20Populares/salvadorvictoria/salvadorvictoria.html
Gentuza lamiendo el culo a gentuza y pagando la cuenta al cargo del resto de ciudadanos.
¿Esto hombre es un héroe del pueblo? ¿Este hombre se merece un reconociemiento a todos sus méritos, o más bien, a su único mérito? ¿Es necesario pasar el tiempo recompensando a los amigos, en vez de arreglar los problemas de la comunidad?
Que utilicen precisamente el ejemplo del 2 de mayo, para mi es muy significativo. En el centro-oeste de Madrid, hay un lugar que yo no conocía pese a estar a escasos metros de la muy conocida y transitada plaza de España. Cruzando la calle, en dirección a la zona de bares de Pintor Rosales, hay una especia de parque, o una glorieta, que se encuentra rodeada por una calle. No es muy grande, y apenas, aparte de árboles, hay en el medio un monumento.
Es un monumento alto bastante alto. La parte de arriba, hecha de metal, representa una escena confusa: un hombre muerto en el suelo con un cañón a su lado, y encima se alza lo que parece ser un caballo alborotado. El metal parece muy gastado, se ha ido enrojeciendo poco a poco, y la escultrua tiene aires de ser muy vieja, de haberse ido desgastando con el tiempo. Puede que sea la misma que inauguraron ahí dios sabe hace cuantos años.
Todo esto está colocado sobre un grueso pedestal, hecho de una simple piedra maciza. A la altura de los ojos, hay una enorme placa dorada que cuenta a quienes está dedicado el monumento. La placa, cuando la vi, relucía completamente. Reflejaba la luz de las farolas, y no tenía casi nungún arañazo, mancha, o imperfección. Daba la impresión de haber sido cambiada regularmente. No me acuerdo exactamente de lo que está escrito sobre ella, pero sé con seguridad que pone algo parecido a "Al Pueblo del 2 de Mayo".
Además de este monumento, solo hay otra cosa que llama la atención en esa especie de glorieta. Alejados de la enorme piedra, entremetidos en los árboles, medio escondidos bajo los arbustos, hay un buen número de pobres, de indigentes, que con sus tiendas, sus colchones gastados y su ropa deshecha duermen allí. Yo fui a aquella plaza a principios de diciembre, y hacía un frío terrible que me congelaba la cara y me impedía respirar por la nariz, y para mi fue duro imaginarme las condiciones en que tenían que vivir aquellas personas.
Cuando vi a esas personas me di cuenta de la terrible ironía que conlleva aquella pequeña plaza. El pueblo, el preciso pueblo que de haber estado en aquel glorioso 2 de mayo, hubiera luchado con todas sus fuerzas, y que de haber un nuevo 2 de mayo, lucharía arriesgando en ello sus dientes, su cuerpo, su alma y su vida por recuperar lo que han perdido, se encuentra completamente abandonado. Lo que tanto se preocupa de ensalzar aquella placa, ha perdido todo su significado, y se encuentra huérfano ahora mismo. En un 2 de mayo, cualquiera de esos indigentes lucharía con más valentía de lo que jamás lucharía un político.
Lasquetty ha querido privatizar uno de los últimos derechos que les quedaban a esas personas, y haber luchado por eso ha sido, según sus amigos, una labor digna de merecer la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo. Yo creo, según mi humilde opinión, que no se la merece, y que darle una distinción tan importante como esa a alguien solo porque es compañero del partido, y que no ha hecho nada por el pueblo, y que seguramente nisiquiera se considere parte del pueblo, es una puta vergüenza.
Para ir terminando, diré que todo lo que he escrito aquí lo hecho de memoria lo mejor que puedo; no he vuelto a ir a esa pequeña plaza, y no creo que vuelva a ir. No tengo el valor suficiente para volver a experimentar la vergüenza que sentí en esos momentos.
#17 He hecho login solo para votarte.
No hay palabras suficientes para describir la desverguenza y bajeza moral de esta gentuza. Nos estan meando encima y la gente les sigue votando. De veras que no lo entiendo. Esto es muy duro.
Teclado polaco, sorry.
El Dos de Mayo es fecha muy significativa en Madrid....y se están ganando una segunda rebelión.
Si tuvieran que pagar entre él, Gonzalez y Aguirre el desaguisado que han montado con la sanidad, seguro que no sonreían tanto.
En agradecimiento a los servicios prestados, no te digo. Lamentable.
Mira...otra reunión de vamos a comernos las pollas..y esta vez con premio.
#8 Todas las reuniones de comida de polla mutua llevan premio al final... si se hacen bien, claro.
Como se ha quedado sin enchufe ni mordida le dan un sueldo vitalicio
Pues que se la meta por el culo. Sinceramente. Medallas, banderas y dinero huelen a mierda siempre.
Tenían que condecorarle para que no pareciese que con la paralización de la privatización habían fracasado. Una burda forma de tapar la derrota.
Para mí que una Orden que se llama 2 de mayo lo que quiere conmemorar son fusilamientos y similares.
HDLGP
El hedor repugnante de los lameculos llega hasta aquí.
La mafia premia a sus mártires.
Habrá que ver cuánto nos cuesta a los contribuyentes la canallada.
Estamos seguros que no es una noticia de El Mundo Today, verdad?
La única condecoración que merece llevar colgada es la corbata, colombiana.
Un pin ni más ni menos
Más que de una Gran Cruz, el señor Fernández-Lasquetty se ha hecho merecedor de una buena crucifixión pública...