Hace 12 años | Por Autch a blogs.publico.es
Publicado hace 12 años por Autch a blogs.publico.es

Merkel sabe, pero además lo sabe muy bien, que Alemania tendrá que volver a echar mano del carbón de la cuenca del Rhur y aumentar la delicada dependencia del gas ruso. O sea, que el apagón nuclear que preconiza y quizá ordene lo va a hacer a costa de contaminar más y perder mucha soberanía nacional.

Comentarios

Lo que dice MErkel es puro electoralismo en cuatro o cinco años nadie se acordara de esto y recobraran la sensatez nuclear Y volveran a construir centrales nucleares

G

#1 Bueno, bueno....lo que dice este tío dista mucho de ser imparcial por ser quien es. En cualquier caso lo meneo por si alguien puede aportar datos que confirmen o desmientan lo que se dice.

D

La jugada de Merkel está dentro de la línea de pérdida de derechos sociales y liquidación de las clases medias en Europa. Acabar con las nucleares significa elevar los costes de la energía hasta que no podamos sostener nuestro nivel de vida actual. Algunos se empeñan en convertir los molinos de viento en gigantes, pero no por eso dejan de ser molinos de viento. Merkel sabe eso, al igual que todos los neoliberales de la UE. La maestría de la jugada reside en que la derecha más rancia va a finiquitar con los logros de las clases trabajadoras... con la inestimable e inconsciente complicidad de la inepta izquierda europea, que va de chachiprogre y antinuclear. Hay que cambiar el enfoque, pero la izquierda europea es demasiado estúpida, dogmática e irreductible en una ideología obsoleta que sólo sobrevive bajo las ruinas del telón de acero y de su propia necedad.

D

El autor del artículo conoce muy poco la situación alemana. La coalición rojiverde estableció por ley en el 2002 el cierre progresivo de las centrales hasta el 2021, lo que suponía cerrarlas antes de lo previsto, con una vida media de 32 años. Cuando el otoño pasado Merkel pactó con las eléctricas una modificación de la ley para alargar la vida de las centrales, la opinión pública se le echó encima, e incluso se opuso gente de su propio partido. Si ahora hace marcha atrás, el proximo canciller alemán podría ser verde. Y si no, pues puede que también: los verdes ya están prácticamente empatados con la SPD.