Artículo de opinión acerca del clamor social ante los casos mediáticos recientes que inducen a muchos a posicionarse a favor de aumentar las penas, pedir la cadena perpetua, etc. El autor del artículo es Rafael Fernández Arias, y un amplio resumen del mismo lo voy a poner en el comentario #1, si bien os animo a leer el artículo completo porque es bastante breve.
Baja revuelto el río de la justicia y en aguas turbias los furtivos siempre están listos para pescar. Ignoro qué hay en el hueco mental del pederasta o del salvaje que liquida viejos amores, pero también asusta el clamor, con clarines y trompetas, exigiendo cadena perpetua. Menos mal, la pena de muerte todavía suena excesiva o produce mala conciencia. Será el siguiente paso.
Entiendo, pero no comparto, el impulso de la víctima; no entiendo, aunque siempre hubo, el vengador ojo por ojo, obviando que tal dinámica nos ciega a todos, pero sorprende más la ocurrencia de viejos/as progres exigiendo justicia 'pa' lo mío, «al violador, castración», «cumplimiento íntegro de la pena», mientras critican, cual activistas pro derechos humanos, prácticas similares de países que dicen fundamentalistas.
La sociedad que fue generosa para amnistiar asesinos e integrarlos, pide endurecer condenas; ya no se busca reinsertar, sino convertir la cárcel en desguace de quien, dicen, ha perdido su condición de persona.
Quien comete delito debe pagarlo -sin duda-, pero el problema es cómo y con qué fin. (…)
Ante la mínima duda, no cabe el beneficio; mejor el miedo protector que asumir riesgos. Si cuestionas el dogma, debes responder por complicidad delictiva, poniendo en tu boca lo que no dijiste; si hablas de reinserción, estás defendiendo la dejación.
No se trata de bucolismo o ingenuidad suponiendo bondad universal, sino de decidir qué sociedad queremos. (…).La víctima merece justicia, pero el delincuente sigue siendo humano.
Queremos libertad, pero no los riesgos implícitos; queremos convivir, pero exigimos seguridad; soñamos derecho a la intimidad mientras aceptamos felices cámaras que vigilen nuestros pasos. (…)
A este paso, tras la perpetua, las listas, la castración o la pena capital, seguirá la eugenesia liberadora de tanto golfo potencial…
Este tio dice polladas, en la carcel se reinsertan pocos y la mayoría sale de ella sin estarlo, mientras los delincuentes salgan de la carcel sin estar reinsertados, mucha gente y yo misms diremos SI a la cadena perpetua.
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Amplio resumen del artículo:
Baja revuelto el río de la justicia y en aguas turbias los furtivos siempre están listos para pescar. Ignoro qué hay en el hueco mental del pederasta o del salvaje que liquida viejos amores, pero también asusta el clamor, con clarines y trompetas, exigiendo cadena perpetua. Menos mal, la pena de muerte todavía suena excesiva o produce mala conciencia. Será el siguiente paso.
Entiendo, pero no comparto, el impulso de la víctima; no entiendo, aunque siempre hubo, el vengador ojo por ojo, obviando que tal dinámica nos ciega a todos, pero sorprende más la ocurrencia de viejos/as progres exigiendo justicia 'pa' lo mío, «al violador, castración», «cumplimiento íntegro de la pena», mientras critican, cual activistas pro derechos humanos, prácticas similares de países que dicen fundamentalistas.
La sociedad que fue generosa para amnistiar asesinos e integrarlos, pide endurecer condenas; ya no se busca reinsertar, sino convertir la cárcel en desguace de quien, dicen, ha perdido su condición de persona.
Quien comete delito debe pagarlo -sin duda-, pero el problema es cómo y con qué fin. (…)
Ante la mínima duda, no cabe el beneficio; mejor el miedo protector que asumir riesgos. Si cuestionas el dogma, debes responder por complicidad delictiva, poniendo en tu boca lo que no dijiste; si hablas de reinserción, estás defendiendo la dejación.
No se trata de bucolismo o ingenuidad suponiendo bondad universal, sino de decidir qué sociedad queremos. (…).La víctima merece justicia, pero el delincuente sigue siendo humano.
Queremos libertad, pero no los riesgos implícitos; queremos convivir, pero exigimos seguridad; soñamos derecho a la intimidad mientras aceptamos felices cámaras que vigilen nuestros pasos. (…)
A este paso, tras la perpetua, las listas, la castración o la pena capital, seguirá la eugenesia liberadora de tanto golfo potencial…
Este tio dice polladas, en la carcel se reinsertan pocos y la mayoría sale de ella sin estarlo, mientras los delincuentes salgan de la carcel sin estar reinsertados, mucha gente y yo misms diremos SI a la cadena perpetua.