A resultas de un accidente de tráfico, o más bien un chapazo, porque no hubo daños personales, se planteó el otro día una discusión de bar en la que algunos afeaban al juez haber dado la razón a un niño bien, niño pijo, que podía pagarse de sobras el golpe y condenado a un pobre currela de veintidós años, que tendrá que doblar el lomo medio año para reparar los desperfectos de su coche.
La Justicia tiene los ojos vendados y así se representa pero evitar prejuicios en ningún sentido. Si el rico comete delito se le debe juzgar con la misma equidad que a un pobre, ni más ni menos. A cada uno según sus actos, no según sus bienes. La Justicia ya comprueba eximentes para un robo en caso de necesidad, el llamado "hurto famélico" por ejemplo.
En este caso es simplemente un trastazo entre coches que provocó el que menos bienes tenía. Es mala suerte pero en justicia le corresponde pagar.
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La Justicia tiene los ojos vendados y así se representa pero evitar prejuicios en ningún sentido. Si el rico comete delito se le debe juzgar con la misma equidad que a un pobre, ni más ni menos. A cada uno según sus actos, no según sus bienes. La Justicia ya comprueba eximentes para un robo en caso de necesidad, el llamado "hurto famélico" por ejemplo.
En este caso es simplemente un trastazo entre coches que provocó el que menos bienes tenía. Es mala suerte pero en justicia le corresponde pagar.
La justicia ha de permanecer ciega ante el desarrapado y ante el oligarca.