Con su disco de debut con unos pocos meses en el mercado, Tim Buckley tomó la estúpida decisión de abandonar lo único que lo anclaba con la realidad, una familia que podría haber jugado el papel de contrapeso con un éxito que finalmente no lograría asimilar. Tras la puerta cerrada quedó una desconsolada Mary Guilbert y un lactante Jeffrey Scott Buckley. La primera se repondría del golpe pasados unos años gracias a la compañía de Ron, Jeff no lo haría nunca al no comprender cómo un padre podía anteponer el amor a un oficio al amor paternal
Comentarios
Una magnifica voz. Cada vez que oigo Halleluyah se me ponen los pelos de punta.
#3 supera a la de Cohen y eso es mucho decir, otra barbaridad de canción es Eternal life. Una pena que muriera tan joven, lo que nos habremos perdido.
#4 #3
Sube y sube y sube... y crees que en cualquier momento se le va a quebrar la garganta cual cristal de bohemia... al final comprendes que sólo es tu alma que se está partiendo en mil pedazos.
Wait in the fire. 🔥
Pésimamente escrito, un lío.
ni puta idea oiga!
#8
Es una observación basada en
la calidad intrínseca del disco y el momento álgido de su popularidad.tu gusto musical. A no ser que seas musico profesional, que puede tambien hacer que no seas un critico imparcial.#7 #10 Cuando ves que hay cosas que te gustan y no todo el mundo lo entiende, es cuando más valor le das y más privilegiado te sientes por ser capaz de apreciar lo bueno.
Mejor dejarlo pasar.
Si no hubiera palmado nadie se acordaba del disco. Mediocre donde los haya.
#5 ¿eso lo has visto en tu bola de cristal o te lo ha contado Aramís Fuster?
#7 Es una observación basada en la calidad intrínseca del disco y el momento álgido de su popularidad.