La ultraderechista Liga de Matteo Salvini sigue su tendencia al alza y se consolida como la primera fuerza política italiana. De acuerdo con la última media de encuestas electorales, la Liga sube hasta el 32,3 %, aumentando su ventaja sobre su socio de gobierno, el M5S, hasta los 6 puntos.
Ah, Italia, que gran país. Ese mismo que a principios del 1900 emigró de manera ilegal a EEUU para huir de la miseria porvocada por la guerra. Dieron lugar a gettos empobrecidos donde la comunidad italiana se autogestionaba al margen de la sociedad que les acogía, donde poco a poco se gestó una de las mayores organizaciones criminales del mundo que nos dejó ilustres como Al Capone, Luciano, Gotti o Gambino. Buen ejemplo de integración.
No obstante, en la bota no se quedaron de manos cruzadas, las familias mafiosas se extendieron como un cáncer por toda Italia dejando un reguero de sangre y muertos. Todos nos acordamos del juez Falcone, púnto álgido de la violencia. Pero eso sí, eran todos italianos de pedirgrí. Actualmente no existe región o pueblo del sur que escape al control de la mafia. Desde la cosa nostra en Sicilia, Ndragheta en Calabria, Camorra en Nápoles o Sacra Corona Unita en Apuglia. Son solo las más fuertes, pero al mismo tiempo hay una fiera competencia entre mafias locales más pequeñas. Todas siguiendo una consanguineidad impoluta. El norte no se salva, con Spada en Ostia o el clan Casamónica en Roma, donde su actividad es equiparable a las del sur. No deja de ser interesante que esta última sea la que más rechazo provoca a Salvini, por no decir que es la única que ataca con virulencia en público. ¿Qué tendrá de especial?
Venta de armas, narcotráfico, trata de blancas, extorsión, sobornos, trabajos forzados. Son los principales negocios de las mafias. Unas joyas vaya. Cualquier obra mayor de infraestructuras está gestionada por la mafia. Aún están terminando de derribar el puente de Génova. ¿Responsables? Exacto, cero. Otro día hablaremos de las extrañas conexiones entre el extesorero de Lega Nord y las mafias locales.
El campo no es distinto, la mayoría es propiedad de las famlias mafiosas. Su mano de obra son inmigrantes africanos a los que mantienen en condiciones de semi-esclavidud. El resto de immigrantes que se acercan al norte tienen dos opciones, vender pulseritas a los turistas o dedicarse al menudeo para los mafiosos locales a los que le compran la mercancía. ¿El problema de las drogas? por supuesto, los inmigrantes.
La situación es compleja, pero por favor, no caigáis en el discurso fácil de que el problema son los inmigrantes.
Por cierto, ¿sabéis por qué esa rabia de Salvini hacia los Casamónica? Efectivamente, porque son gitanos.
Comentarios
Menudo desastre.
Está bonita Italia...
En tiempos de crisis, los mensajes implacables convencen a los que tienen miedo de perder lo que tienen.
#3 Ya. El problema es que los que van a perder lo que tienen, no lo van a perder a manos de los que reciben los mensajes implacables.
Es todo un trampantojo.
Es la inmigración, estúpido.
Ah, Italia, que gran país. Ese mismo que a principios del 1900 emigró de manera ilegal a EEUU para huir de la miseria porvocada por la guerra. Dieron lugar a gettos empobrecidos donde la comunidad italiana se autogestionaba al margen de la sociedad que les acogía, donde poco a poco se gestó una de las mayores organizaciones criminales del mundo que nos dejó ilustres como Al Capone, Luciano, Gotti o Gambino. Buen ejemplo de integración.
No obstante, en la bota no se quedaron de manos cruzadas, las familias mafiosas se extendieron como un cáncer por toda Italia dejando un reguero de sangre y muertos. Todos nos acordamos del juez Falcone, púnto álgido de la violencia. Pero eso sí, eran todos italianos de pedirgrí. Actualmente no existe región o pueblo del sur que escape al control de la mafia. Desde la cosa nostra en Sicilia, Ndragheta en Calabria, Camorra en Nápoles o Sacra Corona Unita en Apuglia. Son solo las más fuertes, pero al mismo tiempo hay una fiera competencia entre mafias locales más pequeñas. Todas siguiendo una consanguineidad impoluta. El norte no se salva, con Spada en Ostia o el clan Casamónica en Roma, donde su actividad es equiparable a las del sur. No deja de ser interesante que esta última sea la que más rechazo provoca a Salvini, por no decir que es la única que ataca con virulencia en público. ¿Qué tendrá de especial?
Venta de armas, narcotráfico, trata de blancas, extorsión, sobornos, trabajos forzados. Son los principales negocios de las mafias. Unas joyas vaya. Cualquier obra mayor de infraestructuras está gestionada por la mafia. Aún están terminando de derribar el puente de Génova. ¿Responsables? Exacto, cero. Otro día hablaremos de las extrañas conexiones entre el extesorero de Lega Nord y las mafias locales.
El campo no es distinto, la mayoría es propiedad de las famlias mafiosas. Su mano de obra son inmigrantes africanos a los que mantienen en condiciones de semi-esclavidud. El resto de immigrantes que se acercan al norte tienen dos opciones, vender pulseritas a los turistas o dedicarse al menudeo para los mafiosos locales a los que le compran la mercancía. ¿El problema de las drogas? por supuesto, los inmigrantes.
La situación es compleja, pero por favor, no caigáis en el discurso fácil de que el problema son los inmigrantes.
Por cierto, ¿sabéis por qué esa rabia de Salvini hacia los Casamónica? Efectivamente, porque son gitanos.
La historia se repite....
Volvemos a estar en 1920