Es difícil recordar una protesta mayor: una apabullante marea blanca en las calles, varias semanas con huelgas y, como último ejemplo, la dimisión simultánea de más de 300 directivos de los centros de salud. La movilización para salvar la sanidad pública madrileña está siendo ejemplar. Sin embargo, no ha conseguido detener el plan de privatizaciones. ¿La razón? Que enfrente está un dirigente político que se comporta como un troll de Internet: alguien que se crece con la atención y busca más; da igual si es a la contra o a favor.
Comentarios
Yo sigo insistiendo, el no está al servicio del pueblo, está al servicio de las empresas de gestión sanitaria que ya le han pagado su comisión. No veo otro motivo por el que después de haberle entregado medidas de ahorro hace oídos sordos.
Los madrileños han votado a su verdugo.
No son trolls: eso implica intencionalidad. Son lo que parecen. Son subnormales perdidos.
¿Lo de Esperanza Aguirre fue la estrategia avestruz?