En caso de ser necesario, los perros fungen como herramientas terapéuticas en personas que requieren elaborar un duelo, incrementar herramientas afectivas como la empatía, o simplemente enfrentar el miedo a la soledad. Desgraciadamente poco se sabía sobre los efectos terapéuticos de orden psicoperceptivos que estas mascotas son capaces de brindar a sus dueños, hasta ahora.
Como seres gregarios que somos tendemos a apreciar la lealtad y confiabilidad de otros, de otra manera nos habríamos extinguido por aproximarnos demasiado a quien no debemos. Una persona que pierde la fe en la raza humana, por las razones que sean, es normal que empiece a priorizar a su perro si siente que puede confiar en él más que en la gente.
Creo que no hay día que visitando redes sociales que no me encuentre a algún animalista repitiendo la típica frase de que prefiere a los animales a los humanos y que ojalá se extinguiera la raza humana. Todo ello en sus mil distintas versiones.
Siempre me pregunto que puta mierda de vida debe tener esa gente. En la vida real sólo conozco a una persona así y, como es de esperar, es esa persona la que es incapaz de relacionarse con los demás de una forma positiva y la que crea constantes problemas y tensiones entre los demás. Al final los animales no son mas que un refugio para no aceptar su incapacidad para adaptarse a la sociedad y sobretodo para no tener que aceptar su soledad.
Como punto extra está el que le desea la peor de las muertes a alguien por "hacer daño a un animal". El último fue por el vídeo de un cocinero enseñando a limpiar las tripas del pescado (ya muerto). Y aún había otras 40 personas jaleándole.
#8 Pensaba que estabas hablando de mí, que tú eras el conocido pesado ese que siempre me saluda cuando me ve comprando en el LIDL, pero no, no eres tú porque tú escribes "sobretodo" en lugar de "sobre todo" y yo no me relaciono con gente que escribe así.
#8 Me has ahorrado escribir. Sólo puntualizar que esos niñatos (no tienen otro nombre), nunca están dispuestos a tirarse a las vías del tren. Curioso.
El segundo caso que expones es paradigmático; éstos suelen ser más benévolos con un terrorista que ha asesinado a varias personas que con alguien que ha dado una paliza a un burro. También curioso y sintomático de ciertos transtornos mentales que, en mi opinión, deberían ser tratados a la mayor brevedad.
#8 Hubo hace unos años uno de esos por aquí. Que cual fé del converso iba de radical del veganismo y deseó la peor de las muertes a un cientifico que anunciaba progresos contra el cáncer.
Eso sí, estos mismos tios si tienen un accidente corren a un hospital a que le operen y le administren antibióticos testados con ratones de laboratorio que su vida al parecer es más sagrada que la humana.
En las grandes ciudades la vida de un ser humano vale menos que la vida de cualquier mascota, fijo. En los pueblos pequeños todavía la gente se saluda y todo eso, pero con la llegada de Internet, con la llegada de la era de las telecomunicaciones, la cosa está un poco más globalizada así que en los pueblos también está empezando a tener más valor las mascotas que los seres humanos, aunque hay mascotas humanas también, esa gente arrastrada lameculos que está todo el día alrededor de los que le echan de comer, aquella gente que mueve el rabo por un plato de lentejas a fin de mes y encima maúllan o ladran para dar las gracias.
Sin llevarlo al extremismo, supongo que la mayoría pondríamos por delante la vida de un vecino o un conocido antes que la de nuestro perro (es mi opinión). Pero, ¿si tuviéramos que elegir entre nuestro perro o que se mueran 10 pelirrojos que no conocemos?, ¿qué elegiríamos?
El otro día estaba trabajando y al otro lado de la valla había un perro ladrando y soltándome espumarajos y ronquidos de advertencia. No como esos perros que ladran para llamar la atención, que luego te acercas y te saludan efusivamente, sino como un pirbul de los que lanzan el mordisco avisando o sin avisar. La empatía que sentía entonces por perros mal domesticados y sus dueños era parecida.
Comentarios
Y por los gaticos.
Como seres gregarios que somos tendemos a apreciar la lealtad y confiabilidad de otros, de otra manera nos habríamos extinguido por aproximarnos demasiado a quien no debemos. Una persona que pierde la fe en la raza humana, por las razones que sean, es normal que empiece a priorizar a su perro si siente que puede confiar en él más que en la gente.
Perros y niños en primer lugar. Resto de animales y ancianos en segundo. Y última posición del ranking de la empatía para el resto de seres humanos.
#2 si eres varón heterosexual solo tienes derecho a recibir ostias por todos lados.
#7 de hecho, yo no siento empatía por mí mismo.
#10 ¿Eres pelirrojo?
#13 A veces...
#2 bueno, lo de los niños lo dices tú, que para mi son proyectos de gente que voy a tener que ignorar mas adelante
#11 espero que la vida de mis queridos vecinos no dependa de mi, porque lo llevan clarinete. Y eso que ni siquiera son pelirrojos
#12 aún estoy empezando este largo camino que es el cinismo. Dame cuartelillo
#2 ¿ancianos?
No será porque no hay ancianos abandonados en residencias de mala muerte esperando a morirse
Algo me olía. Por lo menos explica que no es que sintamos poco aprecio por las personas sino que vemos a los perros como bebés peludos.
#3 es que un perro mimado tiene la mentalidad de un niño de uno o dos años.
Creo que no hay día que visitando redes sociales que no me encuentre a algún animalista repitiendo la típica frase de que prefiere a los animales a los humanos y que ojalá se extinguiera la raza humana. Todo ello en sus mil distintas versiones.
Siempre me pregunto que puta mierda de vida debe tener esa gente. En la vida real sólo conozco a una persona así y, como es de esperar, es esa persona la que es incapaz de relacionarse con los demás de una forma positiva y la que crea constantes problemas y tensiones entre los demás. Al final los animales no son mas que un refugio para no aceptar su incapacidad para adaptarse a la sociedad y sobretodo para no tener que aceptar su soledad.
Como punto extra está el que le desea la peor de las muertes a alguien por "hacer daño a un animal". El último fue por el vídeo de un cocinero enseñando a limpiar las tripas del pescado (ya muerto). Y aún había otras 40 personas jaleándole.
#8 Pensaba que estabas hablando de mí, que tú eras el conocido pesado ese que siempre me saluda cuando me ve comprando en el LIDL, pero no, no eres tú porque tú escribes "sobretodo" en lugar de "sobre todo" y yo no me relaciono con gente que escribe así.
#18
Cuando el sabio señala la Luna, el tonto se fija en el dedo.
#20 es Cocopino, no está hablando en serio, menos lo del LIDL, todo lo del LIDL es en serio
#20 Ostias!!! Que buena, esa frase me la apunto!!!1
#8 Me has ahorrado escribir. Sólo puntualizar que esos niñatos (no tienen otro nombre), nunca están dispuestos a tirarse a las vías del tren. Curioso.
El segundo caso que expones es paradigmático; éstos suelen ser más benévolos con un terrorista que ha asesinado a varias personas que con alguien que ha dado una paliza a un burro. También curioso y sintomático de ciertos transtornos mentales que, en mi opinión, deberían ser tratados a la mayor brevedad.
#8 Hubo hace unos años uno de esos por aquí. Que cual fé del converso iba de radical del veganismo y deseó la peor de las muertes a un cientifico que anunciaba progresos contra el cáncer.
Eso sí, estos mismos tios si tienen un accidente corren a un hospital a que le operen y le administren antibióticos testados con ratones de laboratorio que su vida al parecer es más sagrada que la humana.
En las grandes ciudades la vida de un ser humano vale menos que la vida de cualquier mascota, fijo. En los pueblos pequeños todavía la gente se saluda y todo eso, pero con la llegada de Internet, con la llegada de la era de las telecomunicaciones, la cosa está un poco más globalizada así que en los pueblos también está empezando a tener más valor las mascotas que los seres humanos, aunque hay mascotas humanas también, esa gente arrastrada lameculos que está todo el día alrededor de los que le echan de comer, aquella gente que mueve el rabo por un plato de lentejas a fin de mes y encima maúllan o ladran para dar las gracias.
Será algunos.
No tener que estar pensando si el perro te engaña o se quiere aprovechar de ti ayuda mucho.
Siglos de selección humana dan sus frutos.
Sin llevarlo al extremismo, supongo que la mayoría pondríamos por delante la vida de un vecino o un conocido antes que la de nuestro perro (es mi opinión). Pero, ¿si tuviéramos que elegir entre nuestro perro o que se mueran 10 pelirrojos que no conocemos?, ¿qué elegiríamos?
No todos los humanos. A algunos nos dan puto asco los chuchos.
El otro día estaba trabajando y al otro lado de la valla había un perro ladrando y soltándome espumarajos y ronquidos de advertencia. No como esos perros que ladran para llamar la atención, que luego te acercas y te saludan efusivamente, sino como un pirbul de los que lanzan el mordisco avisando o sin avisar. La empatía que sentía entonces por perros mal domesticados y sus dueños era parecida.