Publicado hace 7 años por jm_naron a vadebarcos.wordpress.com

Cuando los Estados Unidos de América entraron en la Primera Guerra Mundial en abril de 1917, sus astilleros eran pocos y pequeños para hacer frente al esfuerzo de guerra. La solución, una inversión de 200 millones de dólares de la época para la construcción de 132 nuevos astilleros, entre los cuales, cuatro de ellos sumarían la cuarta parte de la producción: Bristol, Newark, Wilmington y el más grande de todos ellos, Hog Island.