Hace 17 años | Por versvs a elpais.com
Publicado hace 17 años por versvs a elpais.com

Un constructor fue hallado muerto ayer con indicios de violencia en el interior de su vivienda, en una urbanización de lujo de la ciudad barcelonesa de Sant Cugat del Vallés. Joan Alsina, de 48 años, era propietario, junto a tres de sus seis hermanos, de la multinacional catalana Encofrados J. Alsina, una de las principales empresas del sector

Comentarios

gorgonsola

La construcción con tanto gualtrapa y tanto mamoneo se está convirtiendo en caldo para las mafias, entiendo que cada vez este tipo de noticias puede ser más común, pese a que cabe la posibilidad de que esto sea una caso aislado.

j

Señores, que no todos los que tienen empresas que suministran a la construcción son constructores, ni mucho menos especuladores o mafiosos. El título de aquí, y el de la mayoría de la prensa, es incorrecto: Encofrados Alsina no es una empresa de construcción, sino de encofrados y prefabricados, una empresa con presencia en varios países.

jotape

#1 Fet!

Lito

Corrección "un importante constructo catalán" y no "una importante constructor catalán".

m

claro claro, y el frutero de mi barrio no es un empresario de la fruta, sino un empresario de los zumos.

XepC

#6 Joan Alsina tenía intereses en Portugal, EEUU, Chile, Italia y Rusia. He oído en la SER que en este último país había tenido ciertos problemas de extorsión.

Por cierto, tras haber trabajado varios años en más de una empresa de encofrados y otros servicios a la construcción me atrevo a destacar la poca claridad que hay en el sector. No hablaré de mafias o especulaciones, pero sí de cuentas difíciles de cuadrar, por ejemplo.

and

Tenía familia pero lo habían dejado para ir de viaje y a esquiar. Tanto dinero para acabar muerto en navidades completamente solo.

m

Seguramente el autor de la muerte era alguien que estaba en la zona "esperando a un amigo". Además si el constructor se hubiera defendido de quien "esperaba a su amigo", ahora estaría en la cárcel. ¡Qué triste! ser a la vez víctima de los delincuentes y de una legislación que no hace más que atraerlos.