En torno al año 5300 a.C., un grupo de pobladores neolíticos procedentes de las tierras bajas del valle del Ebro que se dedicaban a la trashumancia hallaron una violenta muerte en la alta Ribagorza, en el Pirineo de Huesca.Una investigación desentraña el crimen.Todos estos seres neolíticos fueron asesinados brutalmente: cuatro de ellos murieron probablemente por los flechazos que recibieron en el cráneo, pero como sucede con el resto de sus compañeros del grupo, también fueron apaleados en la cabeza y en otros huesos
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