La generación del Rey Juan Carlos, que hizo fama y fortuna tras haber cogido su gran impulso en la Transición, sigue aquí. Cuando llegamos casi a la mitad de la segunda década del siglo XXI, estos septuagenarios, octogenarios en algunos casos, siguen dirigiendo los destinos de sus grandes empresas, monstruos de miles de empleados que erigieron gracias al trabajo duro y en muchos casos a unas cuantas ayudas del poder político.
Hombre, la generación de ese señor y cualquier otra generación también. A ver si alguien se va a pensar que los CEOs de una generación son menos ambiciosos que los de otras.
Comentarios
Nefasta generación, vive Dios
Carroñeros y saqueadores.
Hombre, la generación de ese señor y cualquier otra generación también. A ver si alguien se va a pensar que los CEOs de una generación son menos ambiciosos que los de otras.
Una de las principales causas de la crisis, el enquistamiento de toda una generación que no deja paso ni se ha puesto al día.
Y lo que nos queda.
el mundo ha cambiado tanto que viven fuera de él.
¡Hablamos de gente en cuya niñez no había ni televisión!