Hace 15 años | Por --72708-- a es.reuters.com
Publicado hace 15 años por --72708-- a es.reuters.com

Las fuerzas de seguridad chinas cerraron el sábado partes de Lhasa y el Gobierno del Tíbet en el exilio sostuvo que estaba investigando informes sobre nuevas protestas, semanas después de que la ciudad fuera sacudida por disturbios contra el Gobierno.

Comentarios

D

La polícia china no son "fuerzas de seguridad", son "fuerzas de represión" por estar al servicio de los intereses de una dictadura totalitaria.

Romarin

#1 ?Pero que quieres que diga Europa? ?Por ejemplo el Gobierno griego que mantiene en secreto hoy el recorrido de la llama olimpica? ?El Gobierno francés que durante la visita hace unos meses de Sarkozy, negocio contratos archimillonarios con las autoridades chinas? ?El Gobierno español, el pobre....? No, hoy hacen un llamamiento a la moderacion. Para eso mejor que no digamos nada. "Callaicos" estamos mejor.

D

Como Europa no dice ni mu, los chinos a lo suyo.

Piernas

#2 No estoy de acuerdo. Silencio no: Sigamos dando la lata. La lucha será larga y muy dura, es cierto. No estoy de acuerdo que los intereses económicos sean los únicos que mueven las cosas. Cuando todo está en contra de los tibetanos por las razones claras que expones...¿como explicas la solidaridad que ha levantado en el mundo un pueblo de escasos seis millones de personas? El argumento de que la CIA está detrás es ridículo...no imagino nadie con menos interes que la CIA para molestar al gigante chino y a su apetitoso mercado.

Teneate

La cobertura informativa de la actual crisis, ha contribuido a la incomprensión. Los medios globales tendieron a ignorar el hecho de que el 14 de marzo en Lhasa tuvo lugar un violento pogrom a cargo de tibetanos, que arremetió indiscriminadamente contra personas y patrimonios chinos absolutamente inocentes y sin la menor responsabilidad en los dramas de medio siglo de historia tibetana. Esa jornada de disturbios, en la que murieron más de una docena de peatones y comerciantes chinos, incluidos algunos niños y adolescentes, había sido profusa y detalladamente documentada por turistas occidentales en Lhasa, pero fue ninguneada en beneficio de la represión policial, de las previas manifestaciones pacificas de días anteriores, y de otros aspectos. Carentes de escenas de brutalidad policial –las únicas disponibles eran de vandalismo tibetano, y no interesaban- muchos medios globales ofrecieron imágenes de represión policial de manifestaciones tibetanas en India y Nepal.

La propaganda oficial china se aferró a eso como a un clavo ardiendo para tapar, tanto el origen y motivo del descontento tibetano -una historia con miles de muertos e injusticias-, como la represión, anterior y posterior al 14 de marzo, en Lhasa, y en otros lugares. Según el exilio tibetano esa represión arroja un balance de hasta 140 muertos, 80 de ellos en Lhasa, de los que no hay, hasta el momento de escribir estas líneas, ninguna evidencia documental.