Publicado hace 11 años por Samu__ a antoniopriante.wordpress.com

La vida de todo ser humano no es más que una lucha compulsiva en pos de una felicidad ilusoria. Los dolores le atormentan, son algo real; los goces los desea y, en cuanto los obtiene, o le decepcionan o los olvida en busca de nuevos goces. Nada le satisface, toda su existencia oscila entre la carencia, el deseo y la decepción. Y si no hay carencias ni deseos, se instala entonces en su corazón el peor de todos los monstruos; el tedio. Y todo ¿para qué? ¿qué queda de las multitudes que nos han precedido? Nada, de su pequeño yo nada queda.