Mariano el Sincero y Alfredo el Invicto descubrieron un día -¡oh, mentes sagaces!- que en su país existía un problema con los desahucios. Cual diligentes protectores de los débiles, se convocaron para una reunión de urgencia en una gélida mañana de otoño y así aliviaron para siempre el sufrimiento de sus ciudadanos. Ahora resulta que el Gobierno y el PSOE quieren convertirse en los héroes que nos salvaron del drama de los desahucios.
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¿Nunca se dirige nadie a las verdaderas raíces del problema?