El doctor Miguel Ángel Ibáñez no poseía el título de médico especialista en Psiquiatría. Pese a ello, tenía un contrato de trabajo como tal en la clínica Ginemedex de Madrid, propiedad del doctor Carlos Morín, y, desde el 1 de enero de 2006, era el encargado de firmar los informes preceptivos para que una mujer pudiese someterse posteriormente a un aborto amparado en uno de los supuestos legales.
Y pasó todo un año desde que la tv danesa desvelara y demostrara lo que estaba pasando en estas clínicas, hasta que las autoridades españolas reaccionaron.
Es lo que tiene, el tener que recurrir a la empresa privada para realizar un aborto. Cuando dejemos de vivir en el medievo se dejarán de ver estas aberraciones.
Comentarios
Y pasó todo un año desde que la tv danesa desvelara y demostrara lo que estaba pasando en estas clínicas, hasta que las autoridades españolas reaccionaron.
Es lo que tiene, el tener que recurrir a la empresa privada para realizar un aborto. Cuando dejemos de vivir en el medievo se dejarán de ver estas aberraciones.
No, no es lo que tiene recurrir a la privada. De hecho, la mayoría de las clínicas privadas cumplen todos los requisitos legales a rajatabla.