Una vez que ya somos conscientes en mayor o menor medida de lo que somos, ya no le podemos echar la culpa a nadie sobre reaccionar o quedarnos quietos. No podemos depositar más que en nosotros mismos la responsabilidad de creer y actuar. Aunque lo más difícil de todo, quizás sea no actuar. Debería decir mejor la responsabilidad de vivir, según nuestras propias normas o las impuestas.
Comentarios
Me gusta el holor a magufo por las mañanas.
Decir magufo es decir poco...
A los pobres no les llega para tener agenda
nuestra dice... Lol.
La agenda de los pobres es comer todos los días.