Cierto día de 1816, cuando contaba 35 años de edad y siendo médico jefe del hospital Necker, estaba intentando auscultar a un paciente obeso. La tarea era casi imposible y por mucho que Laënnec ponía su oído contra el pecho del enfermo no conseguía escuchar nada. La inspiración le vino al recordar a unos niños jugando con unas tablas en la calle. El juego consistía en que uno aplicaba un oído al extremo del tablón y otro golpeaba la otra punta de la tabla
Comentarios
#1 ...¿ese nombre es la versión porno del fonendoscopio?
Pues la anterior versión que leí era que el médico no le quería poner la oreja a las tetas de una tía muy buenorra... de ahí el nombre de Es.tetos.copio.