Tras el disgusto de comprobar que le habían robado, la víctima no se resignó y contactó con su propio teléfono para intentar recuperar lo que pudiera. El presunto ladrón le respondió al teléfono y le dio una elección en el caso de que quisiera recuperar las llaves del coche. Se las entregaría, si le decía cuál era el número pin del iPhone que le acababa de quitar.