Hace 6 años | Por tiopio a washingtonpost.com
Publicado hace 6 años por tiopio a washingtonpost.com

Sin sin embargo, entre bambalinas en este verano de crisis, Trump añora los días en que el despacho oval era un centro bullicioso de visitantes y chismes, sobre el que presidió como empresario. Se se enfurece porque no recibe la atención que él cree que merece de los medios de comunicación o la lealtad de los líderes republicanos compañeros que dice que se le debe. Se jacta de su presidencia en superlativos, pero los íntimos se preocupan en privado por sus humores repentinamente oscuros.