Hace 16 años | Por embajador a elmanifiesto.com
Publicado hace 16 años por embajador a elmanifiesto.com

Todos los alpinistas que lo son de verdad están de acuerdo: el Everest ya no es lo que era. Hasta la década de 1980, escalar el Everest aún significaba una gesta. Hoy, cuando más de cien expediciones alcanzan cada año la cumbre, lo que antaño representaba una hazaña épica se ha convertido casi en un logro vulgar, cuando no en un circo mediático. Millonarios caprichosos pagan sustanciosas sumas para que un equipo de montañeros les lleven hasta la cima. El problema de la basura acumulada a lo largo del trayecto de ascenso se agrava sin cesar.

Comentarios

P

Estoy en todo de acuerdo, menos en el sentido religioso. Si alguno de nosotros hubiéramos sido Edmund Hilary, y por un casual fuéramos ateos, ¿Por qué el hecho de inmortalizar tu hazaña sería un gesto deshonroso? Cada uno tiene sus motivos, y el de Edmund parece claro que era el de coronar el pico más alto de la tierra. No hay que darle más vueltas. Ahora bien, no critico tampoco al sherpa, si para él esa ascensión significaba muchísimo religiosamente hablando, me parece perfecto que lo primero que hiciera fuera mostrar sus honores a la Diosa

D

Y aparte de lo de la carpa de la MTV... ¿para cuándo una urbanización con campo de golf?