Hace 12 años | Por --246223-- a politikon.es
Publicado hace 12 años por --246223-- a politikon.es

Ahora que la manifestación del 15 de marzo y las protestas sociales han entrado en la agenda política, hay muchas voces aconsejando a #nolesvotes, #democraciarealya..que saquen una lista de medidas concretas. La idea, supongo, es que nadie se va a tomar las protestas en serio si los organizadores no incluyen una larga lista de demandas específicas y un plan de acción desarrollado. Lo siento, pero esto es erróneo. Es una tontería. Y es uno de los motivos por los que la izquierda en España y media Europa no es capaz de llegar nunca a ningún sitio

Comentarios

Alice85

manifestación del 15 de MARZO

D

El problema en España es que la gente muy seria y muy educada ha fracasado estrepitosamente y aquí no ha pasado nada; la crítica es el mejor de los halagos posibles. Y por descontado, el trabajo de un manifestante no es gobernar, es exigir que los que gobiernan sean competentes y sigan sus principios (¿cuáles? ¿para qué contestar?), en vez de perder el tiempo con política gallinácea.
Amén

iramosjan

El problema de si los manifestantes deben adoptar una serie de reivindicaciones concretas o no tiene su miga... personalmente creo que sería un error, su misión es denunciar los problemas, no dar las soluciones ya mascadas. Además, al poder le resulta mucho más fácil decir "os hemos escuchado, y vamos a hacer x" que "nos rendimos y vamos a hacer lo que decís".

Recuerdo haber leído un libro sobre las revoluciones de 1848 que sostenía que los revolucionarios cometieron dos errores relacionados:

- El primero, adoptar un programa detallado y concreto por adelantado, con lo que perdieron el apoyo de los sectores más revolucionarios, más radicales.

- Y el segundo que cuando alcanzaron el poder (donde lo hicieron) empezaron por acometer las reformas que despertaban menos oposición, las más fáciles; eso les pareció una forma de tranquilizar los ánimos, pero en la práctica ocurrió todo lo contrario.

El problema fue que cada una de esas reformas contentaba a un sector relativamente conservador que una vez satisfechas sus demandas particulares pasaba a oponerse a la revolución (por ejemplo la burguesía urbana una vez conseguido el sufragio universal o los campesinos propietarios una vez abolidas las tasas feudales) y de forma cada vez más violenta, porque lo que quedaba pendiente del programa revolucionario era cada vez más radical y más polémico.

e

En realidad, quienes tanto piden propuestas son aquellos que basan sus campañas únicamente en el insulto y la descalificación al adversario.
Son hipócritas hasta la médula.