Hace 4 años | Por carademalo
Publicado hace 4 años por carademalo

Comentarios

ElTioPaco

Al final son los únicos que disfrutan de contacto humano y luz solar, quien es el preso ahora, eh?

ContinuumST

#2 Dos lados de una misma verja.

D

Se cortan las comunicaciones con el exterior, pero los funcionarios entran a diario y sin mascarillas. Hay un medico para varios módulos, y en la práctica el tratamiento médico se reduce en verte una vez a la semana y solucionarlo todo con un ibuprofeno. Como entre el coronavirus (que entrará) van a caer como chinches. Estoy harto de cuñaos echándole la culpa a la droga, y solo conocen la carcel de los reportajes de callejeros. Esa es la excusa del ministerio del interior para echar balones fuera y no aceptar su responsabilidad en todo lo que está ocurriendo. Las carceles van a arder por culpa de la incopetencia de este gobierno.
:·:

#1 #2 #3 #4 #5

imaga

#6 Sí, hay una tendencia generalizada a achacar la responsabilidad de los conflictos públicos a todo y a todos excepto a quienes gestionan la vida pública y cobran por asumir unas responsabilidades de las que después no quieren saber nada. Si la gestión de unos dejaron a la gente en la calle, la gestión de los otros la va a dejar en la tumba.

Nagamasa

#6 Tienen 2 consultas médicas a la semana, acceso a especialistas externos y por supuesto que algo más que un ibuprofeno, solo hay que ver el gasto en farmacia de las carceles, algún interno gasta en medicamentos al mes varias pensiones.

imaga

Agradezco mucho esta declaración desde dentro de un centro penitenciario. Y me parece vergonzoso que se sepa quienes son los camellos y se les deje hacer. Lo mismo sucede fuera. Todos los que quieren comprar lo consiguen. Hay medios para evitar el narcotráfico, pero, como expone el artículo, “no conviene”. La inseguridad jurídica que genera de esta situación es intolerable, además de la inseguridad sanitaria que provoca este modo de hacer. Por eso no conviene la prohibición del comercio de las drogas que están ilegalizadas. No soluciona ningún problema.

Todo aquel que decide drogarse lo hace, pero en peores condiciones que si estuviera regulado. El experimento de la ley seca norteamericana lo avala. Recomiendo el relato sonoro de Nieves Congrostina en la Cadena Ser al respecto. Crea más conflicto que otra cosa. Es más razonable regular la actividad, controlar sanitariamente las sustancias, ofrecer seguridad jurídica a consumidores y proveedores, restar beneficios al mercado negro y obtener ingresos para invertir en educación y sanidad y reducir riesgos.

Las prisiones se descongestionarían y estarían en condiciones de acoger a personas que dañan a terceros contra su voluntad. No hay que olvidar que la gente elige comprar drogas ilegales, igual que eligen consumir alcohol o tabaco o practicar salto base, con los riesgos que eso supone. Sin embargo, los ciudadanos no eligen que les estafen o que les roben o que les violen. Esos son los actos que deben de perseguirse.

Derogar la ley seca no ha evitado la existencia de alcohólicos (como no lo evitó su implantación), pero la sociedad es mucho más segura. Regular el comercio de las drogas ahora ilegales no evitará que haya drogadictos (como no lo evita la prohibición), pero la sociedad ganará en seguridad jurídica y sanitaria. El consumo de heroína, por ejemplificar el peor de los casos, ha sido devastador en estado de prohibición, algo que no sucedió cuando a finales del siglo XIX Bayer sintetizó el fármaco (junto a la aspirina), lo comercializó y lo publicitó para consumo incluso de menores.

Nagamasa



La situación en prisiones, es la que es. Esto acaba de empezar y se va a hacer muy cuesta arriba.
La sitaución de los internos es la que es, en algunos casos aceptan la realidad con resignación, pero en otros pues lo de siempre, hacerse las victimas y buscar enfrentamientos, culpar al estado la administración el funcionario la sociedad de todos sus males.