Nunca creí en los Reyes, a los tres o cuatro años alguien me dijo que no existían, que en realidad eran los padres. Así que, jamás escribí una carta a los reyes. Hoy lo voy a hacer por varias razones. La primera es por tratarse de un caso de extrema necesidad. La segunda es que me engañaron de niña. Los reyes existen y son ustedes, don Juan Carlos y doña Sofía, así que para ustedes va mi misiva.