Hace 13 años | Por Feindesland a quintopino.org
Publicado hace 13 años por Feindesland a quintopino.org

Una vez conocí a un guineano que se llamaba Valeriano al que le jodía con toda su alma que dijeran que era de color. ¿De qué color? Preguntaba, con su perfecto castellano. Negro. Pues eso: soy negro. Negrísimo. Negro como el betún. De él, sólo os cuento una más: una vez se ofreció al equipo de baloncesto local para sentarse en el banquillo, porque no sabía jugar, pero estaba seguro de que acojonaría un montón a los rivales. Y encima lo aceptaron y acabó aprendiendo a jugar… ¡y jugaba bien, el tío!