Hace 10 años | Por --136875-- a yorokobu.es
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Fue hasta la edad media a buscar bestias. En aquellos compendios ilustrados encontró animales a veces tan temidos como admirados. Después llegó hasta la revolución industrial y descubrió máquinas que marcaron el inicio de un mundo que, progresivamente, se iría llenando de tornillos, púas y cables. Muchos pensadores del siglo XIX, como Thoreau o William Morris, vieron en estas máquinas la exaltación de la fealdad. El enemigo más devastador de la belleza se erigía en cada fábrica y cada aparato mecánico. Entonces esos artilugios eran vistos...